sábado, 7 de mayo de 2011

Aquí paz y después gloria:

Varios días han pasado ya desde que se anunciara la muerte (asesinato) de Osama Bin Laden, y cada día crece la incertidumbre respecto a lo que rodea el caso. ¿Está realmente muerto¿ ¿Qué pasó con el cuerpo? ¿Se defendió o se rindió? ¿Fotos sí o fotos no? Lo cierto es que me la trae al pairo.

Sin embargo lo que me escandaliza realmente es que casi nadie se eche las manos a la cabeza con todo lo sucedido. Hay una serie de leyes internacionales, de obligado cumplimiento (en teoría) para los países pertenecientes a la ONU y que los EEUU se han saltado deliberadamente y por lo que veo sin ningún tipo de represalia. Pueden entrar en un país sin pedir permiso con toda su artillería, entrar en una casa y matar a sangre fría a sus ocupantes sin que nadie les diga nada. No defiendo a Al Qaeda ni a Osama Bin Laden, ni mucho menos, sin embargo creo que EEUU se convierte en la misma morralla que los terroristas musulmanes con actos delictivos como el comentado, y más cebándose con una sola persona, porque es muy fácil poner una cara y acabar con ella, pero es un error relacionar la muerte de Bin Laden con el fin de Al Qaeda, más bien todo lo contrario. Y que nadie me venga con los atentados del 11-S o los del 11-M, que sí, fueron brutales, pero, ¿a caso no mueren a diario personas en Oriente Medio por culpa de los norteamericanos y de sus aliados? Y aquí nadie se escandaliza.

Lo que está claro es que el gran beneficiado aquí es Obama, que había visto cómo perdía popularidad, y seguro que con este golpe contra el terrorismo islámico ha recuperado terreno perdido y prácticamente asegura su reelección. Y es que en Estados Unidos funcionan así, son "ultrapatriotas", y les importa mucho más acabar con los que están en contra de su país que cualquier otra cosa. Seguro que ahora nos cansaremos de ver soldados condecorados y héroes de guerra dándose baños de masas tras haber asesinado a Bin Laden.



En fin, otra muestra más de que la ONU no es más que una pantomima, y al final los poderosos hacen lo que les viene en gana. Eso sí, ahora no nos llevemos un disgusto cuando empiecen a explotar trenes, aviones o edificios.

Ah y otra cosa, ¿a Bush no le juzga nadie?


Os dejo con Clarence Bekker, y su canción contra las guerras y contra Bush concretamente.

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